Existe un vínculo telepático entre mis perros y yo. Durante nuestro paseo diario por el bosque, en la proximidad de una bifurcación del camino, donde hay que elegir uno u otro ramal, mis perros toman invariablemente por el de la derecha, caso de que yo haya pensado ir por la derecha , o por el de la izquierda, en caso contrario, Y ESTO ANTES DE QUE YO DIGA NADA.
La fiesta mayor de Sant Feliu de Codines se celebra a mediados de septiembre. Durante la de 1982, los organizadores tuvieron la amabilidad de enviarme dos invitaciones de primera fila para asistir al show de Andrés Pajares, que se celebraba por la tarde en el entoldado. Trini no podía ir y yo, para no desairar a los organizadores, monté en el coche y me dirigí allí. Cuando llegué, comprobé que era el primero: aún no había nadie. Tomé asiento en primera fila y de pronto, sin saber por qué, me levanté, salí del recinto y subí a mi coche, que había dejado aparcado cerca de la entrada. Siempre con la mente en blanco fui hacia la carretera y a los pocos metros vi a Tommy, que retozaba peligrosamente en medio de la calzada, en compañía de otro perro, con el riesgo inminente de ser atropellados ambos por un vehículo. Sin apearme ni parar, abrí la puerta trasera del coche y lo llamé: "¡Tommy sube!" El subió de un salto al automóvil.
¿Qué señal de peligro se encendió como una alarma en mi subconsciente, cuando me hallaba en el entoldado? Una señal que me indicaba que Tommy corría grave riesgo...
El resultado de ello es que perdí el show de Ándres Pajares...pero tal vez salvé a Tommy de una muerte másque probable.