Tengo una perra ovejera de Beance, Yssa, de dos años, que a los tres meses de edad vino a Francia conmigo de la isla de La Réunion, en el Océano Índico, a 10.000 kiómetros . Allí dejó a su madre, Zoubida, de diez años de edad. El 13 de febrero de este año, estaba Yssa durmiendo en la habitación de mi hijo. Alrededor de las tres de la mañana vino a arañar mi puerta, gimiendo, llorando y excitada. No quiso salir. A las nueve de la mañana , llamó mi cuñado desde La Réunion. El guardián de la casa había encontrado muerta a Zoubida. La habían envenenado.
( Doctor Max Rallon, Chateauneuf le Rouge, Francia )