Cuanto mayor se hace Maxi, mi pastor alemán, más telepático parece ser. Basta que yo piense "salchichas", "chocolate" o "golosina", para que haga él su aparición.
Puede estar en el jardín, con la puerta cerrada y, sin embargo, "sabe". Puedo abrir una docena de veces la nevera sin que reaccione, pero si cojo de la nevera salchichas o chocolate, allí está él "llamando" a la puerta para entrar.
(Frank Bramley, Telford, Shropshire)